MALAGA 4-0 GRANADA
Guiado ofensivamente por Cazorla y Joaquín y en defensa por Toulalan y Demichelis, el conjunto malaguista se pegó un festín en una Rosaleda engalanada a modo de fiesta para la ocasión.
El Granada fue el invitado de piedra a tal evento, puso menos resistencia de lo esperado y es que la diferencia de pegada de ambos equipos fue demoledora. Aun siendo capaces de llegar con el balón hasta las proximidades del área, sólo pudieron crear peligro con algún lanzamiento lejano.
Pellegrini, por su parte, sorprendió a todos con un centro del campo distinto, con Duda en el medio acompañando a Toulalan, con Buonanotte y Cazorla en bandas, y con Joaquín de media punta. Todos ellos con libertad total de movimientos, cosa que resultó definitiva ya que con múltiples toques de balón esquivaron al rival de manera tan exquisita como eficaz. Algo que se echó mucho de menos en Sevilla.
El partido ciertamente se puso muy pronto cuesta abajo con el gol tempranero de Cazorla, pero en todo momento se pudo ver un Málaga muy distinto al de la jornada anterior, con mucha mayor intensidad y acierto; aunque se siguen cometiendo errores en la salida del balón y en periodos de partido que parece que el equipo se parta en dos entre los que atacan y defienden. Aun con esto se mostró cierta mejoría defensiva aunque esta todavía pueda no ser suficiente ante equipos de mayor entidad.
El Málaga, en conclusión, ganó y convenció, y aunque esto no ha hecho más que empezar la ilusión por el equipo volvió a dispararse.